Realizamos un seguimiento muy personal a Carlos Rentero y Alí Machlab que lucieron nuestro logotipo en su coche. La prólogo de Granada fue espectacular, los camiones y los coches volaban entre el numeroso público que se había dado cita. Como no queríamos que nos pillara toda la caravana del Dakar en el embarque, partimos temprano hacia Algeciras y tras pasar la frontera rápidamente nos fuimos a Rabat, a nuestro hotel que se encontraba muy cerca del parque cerrado.
A la jornada siguiente madrugamos y nos fuimos a ver la salida de la primera especial. Vimos las grandes diferencias que había entre los primeros clasificados y quienes afrontan esta prueba como un simple reto personal. Nuestro primer contacto con el Dakar en África no pudo se mas espectacular, los coches volaban sobre la pista, pero sin lugar a dudas los más impresionantes fueron los camiones. Tras verles pasar en dos puntos nos dirigimos hasta el Parque cerrado de Agadir, donde charlamos unos minutos con Carlos Rentero y Alí Machlab.
Volveríamos a contactar con la carrera a la altura de Tan-Tan. La jornada era desapacible ya que soplaba mucho viento, pero se aguantaba bien viendo pasar uno tras otro a los participantes por esta zona del desierto.
Mientras que la carrera seguía hacia Mauritania entrando por Smara, nosotros teníamos que ir por carretera, pues no podíamos usar el mismo paso fronterizo que ellos, eso sí con tiempo suficiente para verles llegar entre las dunas a unos 30 kilómetros de Atar. Allí estuvimos hasta bien entrada la noche, pudiendo ver como el cansancio se reflejaba en los moteros que llegaban exhaustos. Algunos de nuestros compatriotas saludaban haciendo sonar el claxon y otros incluso se detenían unos instantes. La verdad es que estaba siendo duro pero muy intenso y espectacular. Esa noche alquilamos una casa en Atar donde pudimos dormir cómodamente.
El día siguiente era la jornada de descanso, y pasamos todo el día en el campamento del rally. Era impresionante ver cómo todos los equipos trabajaban en los coches para dejarlos lo mejor posible para la segunda mitad de tan dura carrera. Tuvimos la oportunidad de estar un buen rato con nuestros pilotos españoles, escuchando las mil y una anécdotas que hasta entonces les había pasado. Por la noche acudimos al "briefing" de la etapa del día siguiente y compartimos cena en el campamento con los participantes.
Los campamentos son realmente inmensos situados junto a los aeropuertos repletos de aviones encargados de transportar la gran cantidad de material que este evento mueve. Después del descanso, el rally hacía un bucle Atar - Atar. Madrugamos bastante para ir a buscar la primara dificultad de la carrera: un mar de dunas situado a unos 70 km de la salida. Llegamos justo a tiempo, unos minutos antes de que llegara la primera moto, y aquí vimos pasar prácticamente a todos los participantes que aún quedaban en la carrera. Por la tarde nos dirigimos a un nuevo punto cerca de la meta donde estuvimos hasta bien entrada la noche viéndoles pasar mientras nuevamente se levantaba otra tormenta de arena. Después nos dirigimos a la casa que durante estos dos días compartimos con Rentero y el equipo valenciano de Objetivo Dakar.
El día siguiente era nuestro último día de contacto con la carrera. Les vimos salir cerca de Atar, y cuando todos los españoles habían tomado ya la salida, emprendimos camino de regreso a casa, con un largo camino por recorrer.